¿QUÉ TANTO CONOCES TU PIEL?
Conocer tu tipo de piel es importante para que elijas los productos más adecuados para su cuidado. Recuerda que cada piel tiene diferentes características, identificar cuál es tu tipo te ayudará a encontrar una rutina apropiada para ti.
Para tener una piel sana, la limpieza es parte fundamental en la rutina diaria. Una buena limpieza facial te ayudará a eliminar impurezas, desbloquear los poros, va a prevenir la aparición de granos o espinillas y un envejecimiento prematuro. Realízala por lo menos dos veces al día, en la mañana y en la noche antes de ir a dormir.
La hidratación es esencial para mantener el tono, la turgencia y la elasticidad de tu piel. Recuerda que tener una piel grasa o mixta no significa que esté hidratada. Utilizando un buen hidratante ayudarás a mantener el equilibrio de la barrera hidrolipídica y evitarás la pérdida transepidérmica de agua.
Hoy nuestra piel se encuentra expuesta a múltiples agresiones generadoras del estrés oxidativo de la piel, responsable de las especies reactivas de oxígeno, nitrógeno y carbono (Radicales libres), los cuales atacan constantemente nuestros sustratos esenciales como son proteínas (colágeno y elastina), membranas celulares, ácido hialurónico y ADN celular, a través de un daño directo e indirecto.
Por ello una protección eficaz de la piel debe tener en cuenta ambos mecanismos (directo e indirecto). El ADN puede ser protegido por filtros UV químicos o físicos, pero esta protección no puede ser completa y eficaz contra los mediadores de la “ruta indirecta”. Por consiguiente, la asociación con antioxidantes aparece como una alternativa esencial: Segunda línea de defensa.
Primera línea de defensa con filtros eficientes, fotoestables, sustantivos, de amplio espectro y de alta difusión.
Segunda línea de defensa, con antioxidantes con acción genoprotectora y reparadora del ADN. Hablamos del factor natural de protección celular o factor biológico de protección.
La radiación solar es una de las causas más frecuentes de lesiones y problemas cutáneos, por esta razón es importante que renueves la aplicación de tu protector solar 2 o 3 veces al día o cada 3 o 4 horas según la necesidad de tu piel, de esta manera puedes prevenir el fotoenvejecimiento y patologías asociadas a la luz solar y sumar los beneficios de la segunda línea de defensa.
TODAS LAS PIELES SON DIFERENTESY ESO LAS HACE ÚNICAS
¿CUÁLES SON TUS NECESIDADES?
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